miércoles, 20 de abril de 2011

Jessica Díaz.

MONOGRAFIAS. Jessica Díaz. Mangos de Hacha, México: 2010.

HGM: Empecemos por la colaboración. Eres autora, junto con Meir Lobatón, del libro Monografías ¿Cómo determinan un poeta y un artista visual el “common ground” de un proyecto? Siempre me ha intrigado qué constituye ese elemento excepcional que una colaboración demanda para concretarse. En el caso de Monografías, ¿cómo llegaron tú y Lobatón a esa misma frecuencia? Quizá puedas describir una “sesión típica de trabajo”. ¿Tú escribías o trabajaban juntos? ¿O bien uno “respondía” al otro? ¿Qué fue primero el dibujo o el poema?

JD: Me parece que establecer el “common ground” de un proyecto en el que colaboran dos autores que pertenecen a distintas disciplinas como un “poeta” y un artista visual no es fácil. En el caso de Monografías primero surgió el texto y después vinieron las imágenes. Yo había trabajado en este proyecto desde hace tiempo, siete años quizá, y desde el inicio lo pensé como algo que llevaría imágenes. Primero pensé en fotos, sin embargo, hablando con un amigo fotógrafo, sugirió que lo hiciera con dibujos. Pasaron algunos años y yo no sabía con quién podría trabajar. Un día, vi los dibujos que Meir había hecho en un libro llamado Umpayer, de JC Cano. Los dibujos llamaron mi atención. Entonces, le propuse a Meir este proyecto. Para mi, algo fundamental, no era ilustrar los textos o poemas, si no, que las imágenes surgieran y se desprendieran de ahí, que pudieran funcionar al mismo nivel que el texto- poema que estuvieran –como dices tu--en la misma frecuencia. Una o dos semanas después de nuestro encuentro, Meir me enseñó un dibujo: Hitler y Eva Braun. El dibujo me gustó mucho –espero que todavía tenga el original—entonces, le dije que me gustaba y el aceptó trabajar conmigo. Cuál es ese elemento excepcional, no lo sé, supongo que es lograr primero, una libertad de creación en el trabajo de ambos autores, segundo, que los involucrados se puedan entender, comunicar, en el caso de Monografías, a pesar de que primero surgió fue el texto, llegó el momento en que la imagen modificó al texto, lo alteró, lo intervino; la plaga, y la grúa son un ejemplo claro, son imágenes que modificaron completamente al texto…

HGM: En la nota que abre Monografías sostienes que hablar de modo general sobre lo contingente y sus efectos “sería difícil, inabarcable”, y pareces sugerir como alternativa una zona intermedia entre “lo enciclopédico” y “lo particular”. Me parece que Monografías genera un una suerte de espacio soberano respecto a lo enciclopédico y lo específico. Al leer tu libro parece que esta alternativa produce una interesante espacio entre la especificidad y el anonimato, en el libro abundan las imágenes de persona(je)s punto de ser “héroes” y a punto de ser nadie. Me gustaría escuchar sobre este interés por explorar el aparente contraste entre la vida “personal” y las identificaciones personales o colectivas mexicanas. ¿Y en este sentido, qué te han ofrecido a tí la poesía y las artes visuales para esta indagación, en este proyecto?

JD: El término “espacio soberano” me encanta; me hace pensar en un estado ideal, libre de no sé qué, quizá el estado “utópico” que existe entre lo enciclopédico y lo particular y desconozco cuál será ese espacio. Me parece que lo que a mi me interesa es, lo que vivo, es lo que la vida cotidiana ofrece, esa oportunidad de que a pesar de ser “nada” o “nadie”, de ser un ser humano común, tengas, a veces, la posibilidad de ser un héroe por un minuto aunque esa heroicidad suceda solo en tu cabeza  o bien, hundirte en la miseria de un domingo, o vivir una tragedia, particular, privada, que probablemente en tu cabeza o en tu habitación supere, opaque a una miseria más fuerte que la tuya pero que, desde tu experiencia, tu trágico acontecer la supera: la muerte de un perro, de una madre, de un hermano, la desaparición de un novio, etc. Sobre la vida personal y las identificaciones colectivas mexicanas, bueno, lo único que puedo pensar es que la primera no se puede escapar tan fácil de la segunda, es decir, los nacionalismos están en el aire y los mamas desde niño. A mi, los “nacionalismos mexicanos” o norteamericanos me interesan como ficciones, ideas que ayudan a venderte el amor por un país, (aunque después se convierta en aversión o en motivo de risa) traumas generados en la infancia, esos tormentos infantiles como: cantar el himno nacional el lunes por la mañana, aprenderte un himno de cientos de estrofas que nadie se sabe, o bien, cantar un himno que parece canción navideña (como el himno de EU) Para mi así es cómo surge esa conexión, a través del “trauma”, lo, digamos, “atorado” lo que de igual forma sale en lenguaje escrito –palabra—o en imagen. Me parece que en México el concepto de nación se ha visto reforzado con una imaginería visual muy rica y muy peculiar, las ficciones en México tienen cara: el pipila, los niños héroes, las monografías hoy su equivalente es wikipediason prueba de ello. En este libro, el trabajo de Meir, me parece que le da la vuelta a esas imágenes ya hechas.

HGM: Una de las piezas más interesantes de Monografías es un grupo de rostros (que yo identifico como los “niños héroes”) y un texto sobre el que se hacen marcas, modificaciones, que no borran completamente el original que buscan alterar. Me parece un buen ejemplo de un cuestionamiento que recorre todo el libro hacia ciertas prácticas y versiones de la identidad nacional, esto incluye a buena parte de la hagiografía mexicana. Pienso en secciones especificas del libro como “Muy interesante” que “cuentan” las apariciones de una Virgen. ¿Cómo te planteaste reescribir, por un lado, sobre lo “ya sabido”, como “Pop Quiz” de los héroes que nos dieron patria, y por otro lado los “rituales cotidianos” que se coagulan como “lo familiar”?

JD: No sé bien cómo planee escribir esto. Sé que no tuve un plan sistemático, sino que empecé una lista (que se volvió inmensa) de todo lo que aparecía y desaparecía en mi vida de modo directo o indirecto o en un nivel ficticio, en donde la ironía tenía lugar. Los niños héroes son un clásico en México, la aparición de la virgen, es otra. Digamos que, el “misterio” de esas cosas que están y luego no, están en todos lo ambitos de la vida, en lo cotidiano, lo personal, lo sagrado, etc. La idea detrás de los niños héroes es que todos podemos ser uno. Meir hizo los rostros de estos personajes como si fueran una replica del mismo niño, entes anónimos. Si ves las viejas monografías los niños, que de entrada no lo son, se parecen entre si, y a su vez El tema de las apariciones “divinas”, la virgen por ejemplo, no solo compete a México, es más universal, la aparición en el emparedado creo que sucedió en Virginia, es decir, lo sacro, lo religioso, curiosamente, también se adapta a las necesidades de un país.

HGM: Me parece que Monografías se propone un acercamiento que abarque por igual lo “sobre humano” (la hagiografía) y aquello que no cabe en la historia (la vida y muerte de lo animal, y con todo, animales específicos, curiosamente “históricos”, como la gata “Misha”). Creo que en esto mucho tiene que ver la presencia en tu escritura de cierto tono que llamaré irónico, a falta de mejor palabra, y que le permite a tu escritura una capacidad muy significativa de “incorporación” y despliegue de precisamente esos registros históricos, “biográficos”, etc. Tu libro, en gran parte, cuestiona esos discursos que, vía las monografías por ejemplo, proponen versiones simplistas de acontecimientos o “personajes” históricos. No creo ver esta preocupación en tu primer libro Problemas (cosas). ¿Cómo se ha presentado este desplazamiento hacia nuevas exploraciones formales, y particularmente hacia estas intersecciones entre la “biografía nacional” y la “biografía personal”? Y esto me lleva a preguntarte, ¿hasta qué punto te planteaste, en alguna medida, replantear lo que constituye la escritura (auto)biográfica?

JD: Por una parte sí, desde hace varios poemas yo intentaba hacer algo que se alejara de lo que ya había hecho, sobre todo de lo que hice en Proble-mas (Cosas). El resultado fueron algunos poemas fallidos, y otras cosas. Sin embargo, este proyecto se gestó, de modo inconciente quizá en ese libro, en la sección “Todos tienen algo en común”, que es un listado de personas que guardan características en común, por ejemplo:

“iii. Josqui, Andy, Gastón y Prometeo no existen: desaparecieron

viii. Juan Escutia, Juan de la Barrera y Vicente Suárez murieron por: la patria”

Una vez terminado el libro esta lista creció. Claro, la lista tenía un aspecto un tanto lugubre pues todo tenía que ver con muertes, desaparecidos, y de repente, pensaba en cosas, más optimistas, cosas que aparecían. Con el paso de los años se volvió una lista más compleja, y se empezó a gestar ese proyecto. No me di cuenta que, lo que yo buscaba, nuevas formas, nuevas maneras, nuevo al menos en tanto a lo que yo había hecho antes yo, no nuevo en tanto la tradición poética o al arte, conceptual, gráfico pues ahí está todo, y mis referencias son infinitas, me di cuenta que eso que buscaba, estaba en el cajón de mi escritorio, y llevaba ahí mucho tiempo. Monografías es, o puede ser sí una biografía personal, aunque casi nadie lo ha leído así, y tampoco tendrían por que hacerlo. Lo de biografía nacional no lo sé, sólo sé, como mencione antes, que esas ficcciones, nacionalismos, me impactaron mucho desde niña, me traumaron, nada más traumante que cantar el himno nacional, o que ver en el cielo un despliegue de fuegos artificiales –que podrían parecer un ataque—cuando se celebra la independencia de un país, me parece que eso se mezcla con tu vida, así como todo lo “otro” que también forma parte de ella, en este caso la literatura como Romeo y Julieta, o los perros, etc… Y una vez ocurrido, acacecido el “trauma”, el impacto de esto en ti, la mejor manera, o quizá la única que encontré, encuentro es la vía de el humor, la ironía. La gran historia de amor de Romeo y Julieta, pasada la pubertad, no la puedes entender, digerir si no es con un poco de humor, lo religioso, la virgen y sus apariciones, en un país católico como México, resistir el peso de, como dices, la hagiografía, o bien, los santos, la herencia judeo-cristiana no se supera si no te afilias a ellos o bien, te ries un poco. Así como la muerte, pasado el tiempo, los años, solo el humor si estás muy lejos de ser como Vallejo, o Celansolo el humor te permite sobrellevar la perdida, las desapariciones, las grandes y las pequeñas, la perdida de una taza. Y claro, por suerte siempre está eso que llega de sorpresa, como la lluvia en pleno invierno. Y bueno, no, no busqué replantear una escritura autobiográfica, simplemente salió, sucedió así.
JJD

*

Poemas de Monografías.
(Los poemas están más cerca de lo que parecen, si hacen click)